Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna es una imagen del siglo XVII, de autoría desconocida, aunque se le atribuye tanto a Pedro Roldán como a Francisco Antonio Ruíz Gijón.
En la sagrada imagen de Cristo aparece el dolor contenido en el rostro del Señor, después del terrible tormento sufrido durante la flagelación. Pero, sin embargo, es un dolor “ungido” por la acción redentora de Cristo, del Hijo de Dios hecho hombre, y por ello, sin estridencias llamativas.
Es el rostro del Redentor, sufriente y lleno de poder divino, al mismo tiempo que en su boca refleja el aliento propio del ser humano ante el dolor sufrido.
Representa esta imagen uno de los momentos de la Pasión más fuertes emocionalmente ya que Cristo está siendo duramente flagelado por dos sayones judíos, ante la mirada de dos romanos y un miembro del Sanedrín judío. Todas estas imágenes secundarias son obras de Antonio Castillo Lastrucci en 1926 (excepto el romano a la izquierda del Sanedrín en la imagen que fue realizado por el Hijo de Castillo Lastrucci años después).